¿Mala suerte?… quizás :)

  • 12 abril 2018

Esto no es nuevo... ni aquí ni en ningún sitio 🙂 De hecho compartí esta misma historia en este blog hace algo más de un año… pero es de estas cosas que debemos recordar de vez en cuando.

¿De qué se trata?

  • De vivir cada momento como lo que es… un momento, sin juzgarlo.
  • No necesariamente disfrutándolo (si es que el momento es desagradable), pero tampoco adelantándonos y dando por hecho que ese momento en sí nos va a arruinar la vida 😉
  • O al revés… no sucumbir a la histeria colectiva y perder la cordura cuando algo, supuestamente bueno, nos pasa.

No digo que no haya que disfrutar de cada momento o vivir las emociones. De hecho, creo que hay que vivir cada emoción y sentirlas todas, pero actuando con cierta mesura y teniendo precisamente en cuenta que son solo eso… emociones 🙂 y sobre todo, aceptando que «quizá», solo «quizá» no sepamos realmente lo que va a ocurrir. 

Comparto otra vez la historia del gran hombre sabio que compartí hace más de un año, y aprovecho y os cuento lo que me pasó hace poco más de una semana. Aquí tenéis el link.

Hace un año se me dio la oportunidad de compartir mi gran pasión, la filosofía y el paradigma en los que se basa la quiropráctica en un grupo de Tolosa (un pueblo de Guipúzcoa). Me hacía especial ilusión porque la oportunidad surgió gracias a mi padre, que aunque ya no está, me sigue dando estos regalos. Llegó el día a finales de Febrero, me levanté por la mañana y toda sorprendida veo por la ventana una ciudad completamente colapsada por la nieve. En San Sebastián nieva realmente poco, y menos común es que llegue a cuajar. Para que os hagáis a la idea, tuvimos gente haciendo esquí de fondo en la playa de Ondarreta aquella mañana 🙂

Le llamé a la persona encargada de organizar el evento, y por supuesto, cancelamos. Me quedé con muchísima pena. Son un grupo de personas que se han juntado con ganas de aprender. Organizan el calendario anual con meses de antelación, invierten un dinero y se comprometen con ellos mismos y con las personas a las que contratan. Por inclemencias del tiempo, había perdido mi oportunidad de compartir con ellos lo que para mí es vital: lo que supone la Salud realmente, vivir desde dentro, el vitalismo y lo que la Quiropráctica puede suponer para todos ellos… mucho más que algo para la espalda. ¿Había perdido una oportunidad? Quizá…

Hace una semana me llamó una de las organizadoras. No solo uno de los ponentes que tenían contratados para Mayo no podía asistir (lo que me dejaba hueco a mí para dar mi charla), sino que se me ofrecía la oportunidad de tener dos mañanas seguidas 🙂 5 horas en las que poder compartir con el grupo mucha más información, vivencias, experiencias….

La misma situación,  una nevada que colapsó la ciudad, pasó de ser mala suerte ¡a una gran suerte! ¡En solo unos segundos!

Moraleja: Nunca sabemos lo que va a pasar. Las emociones, como decíamos antes, están para estar vividas, pero solo eso… vividas. De ahí a convertirlas en algo más, convertirlas en verdades o razones para actuar y que nos guíen a la hora de actuar… hay un gran paso. 

Es un ejemplo realmente sencillo, pero espero que nos sirva. Podría haberme pasado 2 días cabreada, echando pestes y amargada cada segundo por haber perdido la oportunidad… y ¿para qué? solo habría perdido yo... no pude controlar sentir la tristeza o la rabia… y la sentí, pero de ahí a legitimar esa emoción y amargarme el día yo solita… eso sí que es mi opción.

Este ejemplo es sencillo, y lo comparto porque de estos tenemos todos casi todos los días 🙂 Resulta mucho más fácil practicar con esto que con los grandes retos de la vida, así que, a practicar 🙂

Por hoy os dejo 🙂

Un abrazo de corazón a corazón

Ana

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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