Parece mentira, pero hasta de las moscas se pueden sacar lecciones de vida…

Ahí va:

Había una vez  una mosca luchando por su vida en una ventana. Con todas sus fuerzas, con todo el esfuerzo que sus últimas fuerzas le permitían, se esforzaba por cruzar la ventana. Insistía, insistía y nada conseguía.

Desastroso final porque nada conseguía.

La gran lucha ofrece poca esperanza. Es imposible que la mosca atraviese, por mucho que lo intente, el cristal de la ventana. De cualquier manera, la mosca tiene como objetivo seguir intentándolo con esfuerzo y determinación.

La pobre mosca está perdida. Morirá en la ventana.

Al otro lado de la ventana, a solo diez pasos, una puerta está abierta. 10 segundos de vuelo y esta pequeña criatura podría llegar al mundo exterior que tanto ansía. Con una pequeña fracción del esfuerzo que ahora realiza podría ser libre de la trampa autoimpuesta en la que está…. podría ser tan fácil

¿Por qué no lo intenta? ¿algo tan dramáticamente diferente? ¿Cómo se atascó en esta ruta tan particular y determinante? ¿Qué lógica trae? Sin duda es lógico para la pobre mosca que no ve otra opción…

¿Por qué?

• porque supone cambiar
• mantener la mente abierta
• salir de la zona de confort
• saltar a lo desconocido

Y eso no es nada fácil… nada de nada… confiar, rendirse, cambiar… tan complicado que a la pobre mosca le destina a quedarse a luchar en una ventana sin esperanza...

Yo, si soy honesta, peco igual que la mosca. Por miedo, por no saber dar ese giro de 180 grados, por mil razones que desconozco…

Como siempre, ya siendo un poco consciente se me abre la mente a que a veces sí toca luchar y a veces toca parar y preguntarse si tal vez haya un camino más fácil 🙂 Toca confiar, rendirse, saber que no controlamos…

Un abrazo enorme, y como siempre, de corazón a corazón

Ana