¿Sabes cuáles son tus rocas?

  • 23 agosto 2018

Hoy toca la historia del frasco y las piedras… y por supuesto, la reflexión 🙂

Érase una vez un profesor, y como siempre, muy sabio, que delante de sus alumnos sacó un frasco, y a continuación sacó unas piedras bien grandes, otras pequeñitas, un puñado de arena y un vaso de agua…

A continuación metió todas las piedras grandes. Aparentemente, el frasco estaba lleno, pero al echar las piedras pequeñitas, ellas mismas buscaron los huecos que las grandes habían dejado y cupieron todas. A continuación cogió el puñado de arena. Los alumnos miraban sorprendidos y expectantes, porque el frasco estaba realmente lleno y no entraba ¡¡nada más!!… El sabio profesor, con todo lo que sabía, y con mucho cuidado, empezó a verter la arena, que suavemente siguió rellenando los huecos que quedaban. Por último cogió el vaso de agua, y sin dudar, lo vació dentro del tarro. ¡Todo había entrado dentro!

El sabio maestro les preguntó a sus alumnos…

¿Qué habría ocurrido si hubiera echado el agua primero?

Los alumnos, correctamente, contestaron que el tarro se habría llenado y que de esa manera no habría entrado ni la arena, ni las piedritas pequeñas ni las grandes.

¿Cuál es la lección entonces?

Nuestras rocas son nuestras prioridades.

Siempre se ha dicho que «lo primero es lo primero» y esta analogía nos sirve para recordar que cuando no priorizamos lo que realmente nos importa, podemos perder precisamente aquello que tanto queremos.

Es fácil perder el norte o esa prioridad, así que… ¿Cuáles son tus rocas?

Descubrir qué es lo que realmente nos importa, qué es realmente lo que queremos, es vital para poder priorizarCreo que nadie lo puede tener absolutamente todo, pero el que realmente prioriza puede sentir que YA lo tiene todo… ¿no es todo cuestión de perspectiva?

He tenido la oportunidad de conocer a un gran hombre de negocios; con mucha pasión por lo que hace, mucho éxito profesional y realmente feliz con su familia. Se reía él solo cuando me contaba que la gente le dice que su vida es una maravilla 🙂 Él me contaba que se siente realmente afortunado por todo lo que tiene en su vida (material y no material), pero que fácil nunca es. Que trabaja y viaja a menudo, con lo que pasa días sin ver a su hija, que a veces sigue trabajando a las 11 de la noche, que cuando está en casa su tiempo es solo para su familia y un largo etc…

Él tiene claras sus rocas. Sabe lo que va primero cada día. Luego, en función del tiempo que queda, va rellenando huecos… y eso es lo que le permite ser feliz. Este hombre podría dejar de trabajar hoy mismo y su hija tendría su vida cubierta de por vida, pero trabaja porque lo que hace es una de sus rocas. ¿Suerte? Mucha, la verdad, pero sacrificio también…

Priorizar nuestras rocas no es siempre fácil, pero al fin y al cabo, son nuestras, las elegimos nosotros, así que merecen la pena, ¿no?

A lo largo de nuestras vidas esas rocas variarán, sin duda, así que de vez en cuando merece la pena parar y preguntarse… ¿cuáles son mis rocas? 

Suerte descubriendo vuestras rocas 🙂

Y como siempre, un abrazo de corazón a corazón

Ana

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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