Hoy celebro que te he conocido

  • 22 febrero 2018

Gratitud y gran tristeza a la vez. ¿Cómo es posible que se pueda sentir dos cosas tan opuestas a la vez? La verdad es que no tengo la respuesta, pero me inclino a pensar que los sentimientos son así, hechos para ser sentidos y no analizados. 

Estoy llena de sentimientos encontrados, entre los que destaco estos dos, la gratitud y la tristeza, porque Iker, un niño muy muy especial, nos dejó ayer, después de una vida corta pero realmente intensa en la que sin duda nos ha impactado a muchos.

Tuve la gran suerte de conocerle a él, y a sus padres, Sergio y Ana, en el 2015, en unas circunstancias terribles, cuando con solo 8 meses de vida le diagnosticaron un ependimoma (un tumor en el cerebro). La historia completa la tenéis en este artículo. Todo comenzó como una relación «profesional» más pero enseguida se convirtió en algo mucho mayor.

La tristeza es inmensa. Un vacío imposible de llenar, el que acompaña a la muerte, y al que se le asocian la decepción, la culpa, la rabia, la frustración e incluso el miedo.

¿Pero sabéis qué? que también siento gratitud. Mi mentor me decía el otro día que se podía «celebrar» estando triste y creo que ahora entiendo a lo que se refiere.

  • Siento gratitud por haber sido parte de la vida de Iker. Aunque corta, sin duda, ha sido intensa y muy muy especial.
  • Siento gratitud por haber conocido a sus padres, Sergio y Ana. Si no hubiera sido por la enfermedad de Iker y todo el proceso que hemos vivido juntos, no les conocería. Ha sido inspirador ver el amor incondicional con la que los dos han estado con su hijo cada día. Una exclusividad, paciencia y dedicación que el resto de personas, que no tenemos los días contados (o no lo sabemos al menos) no dedicamos con esa intensidad.
  • Siento gratitud por cada «ajuste» de mentira que Iker me ha hecho… y son de mentira porque era con un juguete, pero esos ajustes no tienen precio.
  • Siento gratitud por haber visto el apoyo con el que ha contado esta familia. Los abuelos, tíos y amigos que yo he tenido la suerte de conocer en la consulta (y que soy consciente que solo son unos pocos de los que han ayudado). Han estado en las buenas y en las malas, nunca mejor dicho, dando lo que tenían que dar cuando hacía falta. 
  • Siento gratitud por las ganas de ayudar de los amigos y por el valor que hace falta, porque gracias a una de ellas, pasó todo esto.
  • Siento gratitud porque Iker me ha recordado que siempre hay motivo para sonreír.
  • Siento gratitud por toda la gente de mi profesión que, desde la distancia, y conociendo la historia de Iker desde hace tres años, ha mandado todo su apoyo y corazón. Me recuerda la capacidad de amar que tenemos cada uno de nosotros.

Es difícil de aceptar y de entender que estas cosas puedan pasar, pero la vida es así, y pasan cosas malas a personas muy buenas, y tal vez a la mayoría no lograremos sacarles un sentido, sobre todo ahora… ¿pero sabéis qué? que eso no quiere decir que carezcan de sentido. 

Tiendo a creer que en esta vida hay cierto orden, y a pesar de que no lo veamos, está. No creo que sea el momento de buscarle el sentido, porque saldrá solo, pero tal vez hacer un pequeño esfuerzo y dejarnos sentirlo todo: la pena, la rabia… y también la gratitud.

La vida la medimos en años. Es más fácil aceptar que se muera alguien de 100 años… parece más natural.

¿Y si midiéramos la vida en el número de personas a las que inspiramos a dar su mejor versión? ¿a ser mejor personas?.

¿Y si midiéramos la vida en el número de horas que pasamos con nuestras familias y disfrutando cada día?

Iker nos gana a la mayoría 🙂 Sin duda alguna. No desperdició ninguno de sus días. Todos eran un regalo para él y para los que le rodeaban, y sin duda, ha hecho que todos los que le conocimos seamos mejores y más conscientes de lo que éramos antes. ¡Eso es mucho más de lo que podemos decir muchos de nosotros! 

Poco más puedo decir.

La foto lo dice todo 🙂 Brindo por ti, Iker 🙂 y por tu Aitas que son también, unos grandes.

Estés donde estés, seas lo que seas ahora, estarás con mi Aita (otro grande).

Un abrazo a todos de corazón a corazón, especialmente a todos los que tanto queríais a Iker.

Ana

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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