¿Por qué cuesta tanto ser uno mismo?

  • 11 enero 2018

Vaya pregunta.

Tengo que reconocer, una vez más, que no tengo la solución a que sea más fácil, pero sí que poco a poco cada vez tengo más respuestas…

Cada vez tengo más claro por qué me cuesta tanto ser yo misma.

Me cuesta porque muchas veces supone:

  • Ir a contracorriente, y a veces dejarte llevar es más fácil.
  • Porque tiene un precio; no en forma de dinero, pero sí en forma de desprecio, de enfados, de malas caras y de desacuerdo, y aunque sea algo ficticio, «llevarnos» todos bien parece lo más sencillo.
  • Porque supone aceptar que compartir mi verdad no le va a gustar a todo el mundo, y a veces reconozco que me cuesta, porque yo mi verdad la veo clarísima 🙂
  • Se ganan enemigos: tal vez no enemigos peligrosos, pero sí personas que juzgan, y eso también duele.
  • Supone aprender a respetar que no tenemos por qué estar de acuerdo en todo y conseguir no ponernos a la defensiva.

Todo esto no parece fácil y no lo es… pero la opción que queda es todavía peor. No ser coherente con quien eres, no compartir lo que llevas dentro y aceptar las cosas como son porque sí, sin más.

Para mí no hay duda…

He pasado por los dos lados. Callar por miedo al enfrentamiento, y enfrentarme por no poder aguantar, y sin duda me quedo con lo segundo. Pasa en todos los niveles: relaciones personales, laborales… yo reconozco que donde más me pasa es en lo laboral, y en los miedos que me puedan surgir con lo supuestamente rompedor que puede ser el paradigma de salud con el que trabajamos. Para mí muy obvio, pero para la mayoría de las personas rompedor, y no solo eso, lo ven en contra de lo establecido, que es la medicina tradicional. Para mí son cosas complementarias, pero en cuanto «meneas» el estatus quo, a veces, al principio, solo consigues que la gente se ponga a la defensiva… luego con el tiempo, tal vez te vayan escuchando.

En fin, a lo que iba, que nos pasa a todos. Solo he vivido una situación en la que realmente no tenía miedo. Estando ingresada en el hospital, cuando tuve el accidente de rodilla hace 8 años. Hablaba claro, en plata que se dice… arreglé temas personales y creo que escribí los artículos más claros que he escrito nunca…

También lo ví en las últimas semanas de mi padre. Conociendo su final, y las tonterías de las que nos preocupamos, se deshizo de miedos, de ego y de preocupaciones superfluas, y habló de las cosas que realmente le importaban sin pelos en la lengua. Qué maravilla y qué gusto daba escucharle hablar.

A ver si nosotros aprendemos poco a poco. Que no nos hagan falta experiencias vitales de semejante calibre para despojarnos de tanto miedo para ver lo que realmente hay dentro: nuestra verdad y un mensaje que sin duda merece la pena compartir, porque solo cada uno de nosotros lo podemos compartir… al vecino, a un familiar o a quien sea 🙂

Un abrazo enorme de corazón a corazón

Ana

 

 

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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