Vaya título ¿eh?
No te creas todo lo que piensas
Recientemente leí esa frase y es, como casi siempre, una de esas frases que todos sabemos pero que nos viene bien recordar de vez en cuando.
Nuestra mente y nuestros pensamientos tienen muchísimas limitaciones, y por tanto, prejuicios, bloqueos, ideas preconcebidas, ideas limitantes y un larguísimo etc… en el día a día nos llevan a estrés porque nos hacen ver la vida desde nuestra perspectiva y eso no siempre se ajusta a la realidad. Para nada. Solo nos hace sufrir un poco más, y eso, dicho sea de paso, ni nos gusta ni nos conviene.
A nivel práctico… ¿en qué situaciones nos ocurre? Ahí van unos cuantos ejemplos:
- Cuando analizamos las situaciones sólo desde nuestro punto de vista sin ponernos en el lugar de otras personas.
- Cuando nos tomamos las cosas como algo personal.
- Cuando tomamos decisiones dando por hecho opiniones de los demás.
- Cuando, por miedo a lo que pueda pasar, actuamos o dejamos de actuar.
- Cuando vivimos más en el «y si…» en vez de en lo que ahora podemos hacer.
- Cuando no somos conscientes de lo que realmente nos mueve y nos motiva a actuar.
- Cuando nos atascamos en los problemas en vez de en las soluciones.
Somos complejos, y nuestra mente más. No tengo la clave para deciros cómo simplificar vuestra vida, pero sí que puedo compartir con vosotros, que desde la conciencia y la honestidad con uno mismo, se descubren muchas cosas… Vamos poco a poco descubriendo patrones, muchas veces muy antiguos, de cómo actuamos, los vamos aceptando, y desde esa aceptación (sin la necesidad de cambiarnos), seguimos creciendo.
Suena bien, ¿no?
Para mí no hay otro camino. Reconozco que es el mío y sé que es también el que muchos de vosotros estáis recorriendo. También acepto que no es el único. Esto me funciona a mí y os invito a probarlo. La paz que me genera no tiene precio 🙂
Un abrazo de corazón a corazón.
Ana
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