Es posible que muchos de vosotros hayáis oído esto alguna vez, pero como siempre, estoy segura de que nos viene bien a todos el recordatorio.

Buda decía que si te gusta una flor, la coges para ti, pero que si le quieres de verdad, le dejas donde está, la cuidas, le dejas crecer, le riegas etc…

• Querer a una persona supone pensar un poquito más en ellos que en nosotros mismos.
• Supone aceptar sus decisiones a pesar de que muchas veces vayan en contra de lo que nosotros queramos u opinemos.
• Supone saber decir NO cuando hace falta… y si no que se lo pregunten a cualquier padre o madre.
• Supone abrir el corazón, mostrarnos con toda nuestras imperfecciones y vulnerabilidades…

Y claro, no me refiero solo al amor romántico. Me refiero a todos los tipos de relaciones que tenemos en nuestras vidas.

¿Cuántas veces nos enfadamos porque esperamos y esperamos a que la persona cambie? ¿Nos frustramos porque la persona no cumple una serie de condiciones que creemos, al menos en nuestra cabeza, básicas? 

Realmente difícil, pero una vez más, tal vez y solo tal vez, nuestro trabajo debería estar en intentar centrarnos en lo que hacemos nosotros y no en cómo es el que está enfrente. ¿Estamos queriendo a la persona de verdad, o estamos intentando que sea algo que realmente no es?

A mí no se me ocurre pedirle a un geranio que me de rosas… y lo tengo clarísimo… no sé por qué me cuesta tanto con las personas, jajajaja 

Tengo muy muy claro que no soy experta en relaciones, pero lo que sí sé es que cada vez me conozco un poquito más, y eso ya, es mucho 🙂

Un abrazo a todos, y como no podía ser menos, de corazón a corazón.

Ana