De paseo por el monte

  • 26 julio 2016

Siempre me ha gustado el monte. Vivo cerca de la playa y tengo la suerte de poder disfrutar de paisajes increíbles en la costa, pero hay algo en los montes que siempre me ha atraído. Me da fuerza, me recuerda que hay algo más grande que todos nosotros y me permite, simplemente, disfrutar.

Crecí yendo al monte muchos fines de semana y pasando dos semanas cada verano en el Pirineo Aragonés (valle de Tena), yendo al monte cada mañana y simplemente disfrutando de la energía que hay en sitios como ese…

Ultimamente tengo que reconocer que no me he sentido capaz de hacer grandes travesías. A veces me faltaban las ganas pero la mayoría de las veces lo que me ha faltado han sido las fuerzas. Eso en sí ya ha sido una gran lección…. descansar cuando el cuerpo pide descanso y dejar de forzar yendo en contra de lo que realmente nos conviene. Parar no es fácil pero creo sinceramente que merece la pena.

En fin, a lo que íbamos. Por primera vez en mucho tiempo, el fin de semana pasado no solo tenía ganas de ir al monte sino la fuerza también. Y un mono terrible 😉 Le llamé a un amigo y le pedí que organizara algo y que me acompañara. Acabamos haciendo un paseo de 3 horas con unas vistas espectaculares (es parte del Camino de Santiago de la costa, un camino entre Zarauz y Guetaria, en Guipúzcoa)

 

El camino precioso y la experiencia también, pero no os lo cuento para que lo hagáis un día (recomendable desde luego) sino porque me recordó algo muy grande, y que luego casualidades de la vida vi publicado también en el perfil de Facebook de un amigo mío… ¿casualidades? pues no lo sé, pero desde luego un recordatorio que  me ha venido muy muy bien.

 

¿Alguna vez has ido al monte y has visto el grupo de piedras amontonadas  que se utilizan para marcar el camino?

Es algo parecido a esto…

 

13681049_10208454467493208_9157819326900897530_nAhora yo os pregunto… viendo ese grupo de rocas así puestas, ¿pensarías en algún momento que se han colocado por casualidad? ¿Qué probabilidades hay de que eso pasara por casualidad? Me imagino que como yo, pensarías que alguien las ha colocado ahí… al fin y al cabo, si no se colocan bien tienden a caerse, no se aguanta la formación y no haría su función, que es marcar el camino 🙂 Pensamos que alguien las ha colocado ahí porque haría falta algo inteligente que colocara cada piedra como debe ser, ¿no? pensando en que dure, que no se caigan etc…

Hasta ahí creo que vamos bien. Aceptamos que esas, por decir algo, 12 piedras, no se han colocado así por casualidad.

Ahora bien… y ¿todas esas cosas mucho más complicadas que no entendemos pero de las que dependemos diariamente?

– os recuerdo que nuestro cuerpo está hecho de estimadamente 75 trillones de células, las cuales se especializan en muchísimas funciones diferentes que nos permiten tener digestión, defensas, pensar, respirar, movernos y un larguísimo etc…

Creo que tendemos a olvidarlo, pero el cuerpo es increíblemente complejo y si 12 piedras han tenido que ser colocadas por algo inteligente y con una intención determinada, ¿no creéis que nuestro cuerpo con más razón tiene alguna inteligencia detrás? Para algunos será Dios, para otros la naturaleza, la homeostasis o lo que sea, pero que es inteligente y que tiene funciones determinadas creo que es innegable. Aceptar eso supone poder confiar en lo bien hechos que estamos, en que a veces no entendemos por qué pasan algunas cosas pero sabemos que tienen su propósito y por supuesto, creo que supone aceptar que tenemos nuestra parte de responsabilidad. Que tal vez no se trate de entenderlo todo y de intentar controlarlo sino de permitir que esa inteligencia/nuestro cuerpo haga lo que mejor sabe, en todos los niveles. Aprender a escuchar al cuerpo, hacerle caso y aunque cueste, saber que a pesar de todos los avances en ciencia, tecnología y los conocimientos que tenemos sobre el cuerpo, ni nos acercamos a entender por completo cómo somos. A veces tengo la sensación de que pierdo mucho tiempo intentando entender cosas y creo que debería volcar todos mis esfuerzos en hacer mi parte, a pesar de no entenderlo todo y simplemente responsabilizarme de mi parte y confiar en el resto.

Aquí os dejo una de las escenas del Señor de los Anillos que pone los pelos de punta… podéis verlo entero pero lo que quería compartir empieza en el minuto 1:45.

Aquí tenéis el video

No nos viene mal a todos recordarlo de vez en cuando.

Un abrazo a todos y que sigáis disfrutando de la vida de la manera más plena que podáis 🙂

 

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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