Un par de truquitos para esos días que cuestan un poco

  • 29 junio 2016

Un par de ideas para esos días en lo que todo parece más difícil

Todos tenemos días malos. Son días en los que estamos más sensibles, las cosas más sencillas nos cuestan más y tenemos que esforzarnos un poquito más por mantener esa presencia y disfrutar del presente.

Me imagino que os pasa a todos, como a mí. Son días en los que me entran dudas sobre lo que es lo mejor para mí. Algunos dirían que lo ideal es pensar en positivo y sacar la parte buena, que por otro lado aunque difícil de encontrar, siempre está. Por otra parte, mi corazón me dice que parte del aprendizaje está en ser capaz de quedarse con la situación, aunque desagradable, y tener la valentía de sentirlo todo aunque no sea necesariamente agradable.

 

Cuanto más leo sobre el poder de la mente, la neuroplasticidad (la capacidad que tiene el cerebro de cambiar y aprender nuevas cosas) y sobre la capacidad real que tenemos de crear nuestras vidas, más me cuesta centrarme en lo que me resulta desagradable porque es a lo que tendemos casi siempre como hábito aprendido desde niños, y quiero que mi mente se centre en lo positivo para crear más positivo. Tiene sentido, ¿no? Si creamos nuestra realidad, ¿no sería conveniente pensar en positivo?

Por otro lado, a través de la meditación y lo que sé del Zen, aunque no mucho, entiendo que el gran aprendizaje está en el proceso, no en el resultado. Que tal vez lo que realmente me hace aprender es vivir ese momento como lo que es sin intentar que desaparezca y sin juzgarlo como algo malo…

 

Entonces qué…

  1. ¿“Fuerzo” a mi cerebro a fijarse en lo bueno sabiendo que cuanto más me centre en lo bueno mejor me voy a sentir?
  2. ¿O me esfuerzo en parar, sentir aunque no sea agradable?

 

Ayer lo hablé largo y tendido con uno de mis grandes mentores.

Me sugirió lo siguiente:

 

  • Observar la sensación, el sentimiento, la rabia, el dolor etc… y no centrarse en él como algo que hay que quitar, pero tampoco permitir caer en el victimismo o en el apego de que esté ahí. Vamos, que una cosa es observar un dolor, reconocer que está ahí, y la otra es estar todo el día quejándose, ¿no?
  • Utilizar esas situaciones como recordatorio de que tal vez no esté todo lo presente que me gustaría. Todos sabemos que hay días en los que todo parece que está perfecto y que sale bien, y la verdad es que el mérito es más nuestro que de la situación porque cómo vivimos las situaciones está más relacionado con nosotros que con lo externo, ¿no? Si es así, es una gran suerte que nos recuerden de vez en cuando que no estamos lo centrados en el presente como nos gustaría. A todos se nos olvida, y un pequeño recordatorio tal vez nos valga para estar un poquito más fuertes para vivir aquello que tengamos que vivir, y eso mismo ya hará que la situación cambie, ¿no?
  • Recordar la gratitud. No se trata de disfrutar de esas sensaciones o momentos que cuestan un poco más, pero creo que siempre se puede encontrar un algo por lo que sentir gratitud, ¿no?
  • Contestar sin mentir, y sin engañarnos a nosotros mismos, pero en positivo. Yo le decía que últimamente con los retos a los que me estoy enfrentando, mucha gente me pregunta que qué tal estoy. Muchos días tengo ganas de decir que regulín, que podría estar mejor, o algo por el estilo, pero como decía antes, eso me centra más en lo que no va del todo bien. Al mismo tiempo, tampoco se trata de sonreír y hacer como que todo va estupendamente, porque no sería demasiado honesto, ¿no? Me sugería contestar siempre con la verdad, y a la vez sin centrarme en el aspecto negativo… ¿cómo? Aquí van un par de sugerencias
    • ¿Qué tal? (cuando me preguntan…)
      • Pues aprendiendo cada día.
      • Agradecida de seguir luchando.
      • Disfrutando del día…
      • Y cosas por el estilo…

De esta manera honramos cómo nos sentimos, sin apegarnos demasiado, sin caer en el victimismo, en la culpa etc… y a la vez nos recordamos a nosotros mismos que todavía somos capaces de encontrar cosas buenas.

 

Este post se lo dedico a Andrea. Porque te quiero un montón y porque sí J

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

Comments are closed