15 principios que he aprendido gracias a la Quiropráctica y su filosofía

  • 25 mayo 2016

Hoy he decidido compartir lo que en los últimos años se ha convertido en mi modo de vida. Unos principios básicos o leyes universales que han transformado mi vida.

Creo sinceramente que estos descubrimientos los hice gracias a la Quiropráctica, pero no tengo ni duda de que se pueden aprender de otras maneras. Espero que os ayuden a transformar también vuestra vida y que gracias a ellos podáis vivir un poquito más desde dentro…

1. Estoy más centrada en lo que va bien: la verdad es que por el mismo precio, y sabiendo que no tenemos ningún control sobre muchas cosas, prefiero estar más centrada o enfocada en lo que va bien. Aunque sólo sea por estar de mejor humor 🙂

2. No tengo necesidad de controlar: esta es dura y reconozco que en momentos se me olvida, pero la verdad es que cuando consigo rendirme a lo que hay sin necesidad de controlar lo que tenga que pasar, vivo mucho más tranquila.

3. Confío mucho más en el cuerpo: a lo largo de mi carrera y por experiencias propias, he llegado a confiar en lo que el cuerpo es capaz de hacer cuando se le brinda la oportunidad. Al fin y al cabo, creo que todos hemos oído de casos milagro y situaciones que nunca pensamos que podrían resolverse… mantenerme ahí, confiando en que el cuerpo sabe lo que hace, me da mucha paz.

4. Soy capaz de ver las oportunidades en las cosas «malas» que me pasan. No digo que disfruto de esas situaciones ni me tienen por qué gustar, pero ahora me resulta mucho más fácil ver el lado bueno que TODA situación tiene.

5. No es lo mismo estar sano que no enfermo. La salud es algo más que la ausencia de enfermedad, pero la verdad es que muchos, como yo antes, nos conformamos con no estar enfermo, con que no nos duela nada. ¿Por qué? Pues la verdad es que creo que en parte es porque ni siquiera somos conscientes de que no es lo mismo. Aprovecho para recordarlo: estar sano va más allá de la ausencia de síntomas y enfermedades, y engloba algo más que nuestro aspecto más físico. O dejamos de pensar simplemente en quitar síntomas e ir un poco más allá, o nos perderemos algo tan importante como la salud. Nuestra calidad de vida al fin y al cabo depende de ello…

6. Precisamente por el punto anterior, he aprendido a no conformarme con lo que hay, o mejor dicho, con lo que se considera normal o habitual. Sin necesidad de tener expectativas, creo que tenemos que luchar o intentar conseguir algo más que lo habitual. Nuestra evolución, nuestras relaciones con las personas y como he dicho antes, nuestra calidad de vida, vuelve a depender de esto. El mundo evoluciona gracias a eso, ¿no?

7. Tener claro cómo funciona mi cuerpo y que la salud es algo más que la ausencia de enfermedades me permite cuidarme y darle a mi cuerpo lo que más necesita de una manera mucho más fácil. Los motivadores: ser coherente con quién soy, mi vida y sacarle el mayor provecho.

8. La solución casi siempre está dentro y gracias a este aprendizaje, voy aprendiendo poco a poco a buscar esas soluciones dentro, no esperar que nadie me las de y sobre todo, fiarme de mi instinto.

9. Si lo que está dentro tiene tanta fuerza… ¿qué puedo hacer yo? Favorecer que salga, crear espacios para conectar con eso y confiar. No es nada fácil, sobre todo porque al buscar las soluciones fuera creemos que lo de fuera es lo que nos está arreglando etc… pero creo sinceramente que la clave está ahí: lo que comemos, el ejercicio que hacemos, la meditación, el descanso, nuestras relaciones y por supuesto los ajustes específicos quiroprácticos no tienen como objetivo arreglar nada, sino crear el espacio y darle al cuerpo lo que necesita para hacer lo que mejor sabe.

10. La mayoría de nuestros problemas están entre nuestras orejas… es decir, en nuestra mente. Parar un poquito y pensadlo: ¿cuántos de nuestros problemas los hemos creado en nuestra mente y sólo ahí?

11. Creo que hay dos grandes motivadores: el miedo y el amor. Poco a poco estoy aprendiendo a moverme por el segundo. No resulta fácil, pero creo que motivados por el dolor o por el miedo tenemos más oportunidades de meter la pata.

12. A veces, simplemente, hay que dar el paso y arriesgarse. Lo hemos hecho todos alguna vez… y una vez pasado… ¿a que era más sencillo de lo que parecía?

13. Primero tengo que estar yo bien para poder ayudar a los demás. Esta no es fácil, porque a veces nos olvidamos de nosotros mismos; creo que hasta se relaciona con egoísmo pensar en uno mismo, y creo que es un error.

14. El mundo está lleno de posibilidades. Eso sí, para verlas, tenemos que observar desde la mente abierta de un niño. De adultos muchas veces nos centramos en lo que «ya sabemos» que es cierto y limitamos e incluso nos predisponemos a los que nos pueda pasar.

15. Hay como una corriente de positivismo generalizado que creo que no nos está haciendo mucho bien. Tapar todas las emociones con algo positivo a veces nos impide hacer el recorrido y aprendizaje que esas emociones intentan enseñarnos. El objetivo de la vida no creo que sea estar siempre feliz. No se ni si existe… pero tal vez sí ser consciente de todas las emociones, tener el valor de sentirlas todas y aceptarlas.

Como os decía, estos principios o filosofía de vida la he aprendido e integrado gracias a la Quiropráctica, pero los reconozco en el Zen, en el Yoga, en las lecciones de física cuántica etc… ¿No serán todo diferentes versiones de lo mismo? Pues yo creo que sí. Creo que no importa de dónde nos lleguen (al fin y al cabo todos resonamos con algunos temas mejor que con otros) sino que nos lleguen y tengamos la oportunidad de experimentarlo.

Vaya camino 🙂 Estamos todos juntos en esto, aunque cada uno tiene que dar sus propios pasos. Nos veremos por el camino.

Un abrazo a todos

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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