Los humanos no somos así

  • 9 marzo 2016

Hoy celebro con todos vosotros los 13 años que mi familia y yo hemos podido disfrutar de Black.

Ayer le dijimos adios, con nuestro corazón en un puño, después de una vida exprimida al máximo.

Los animales nos hacen compañía, nos quieren incondicionalmente y nos ayudan a llenar un vacío. No hay nada como que ya no estén para darnos cuenta del vacío que dejan. Falta algo, y ahora nos toca aprender a vivir sin ese algo que solo Black sabía rellenar.

Los que tenéis animales sabéis la tristeza que genera decirles adios y también sois muy conscientes de todo lo que nos enseñan.

Los perros son animales nobles.

Saben lo que es el amor incondicional.

No saben lo que es el resentimiento ni el rencor. Están ahí siempre que les necesitamos sin pedir nada a cambio.

Son capaces de disfrutar del momento presente sin ahogarse en el pasado ni sufrir por el futuro.

Nos hacen disfrutar y la mayoría de las veces sacan nuestro lado más tierno y sincero. No quieren que cambiemos ni seamos distintos. Nos aceptan como somos y a pesar de las trastadas que les hacemos, nos quieren y nos hacen compañía.

Las personas no somos así. Ni nos acercamos a su lealtad y a su saber disfrutar.

Los perros sienten y nos entienden. Saben cuándo les toca el paseo, cuándo necesitamos unos mimos y cuándo pueden jugar con nosotros. Entienden y mucho. Ven la felicidad en las cosas sencillas como una pelota, una correa o una caricia. Saben mejor que nosotros que esas cosas son las que merecen la pena y que lo que realmente nos hace ser felices es darnos a los demás.

Black sabía con quién podía jugar, sacaba toda su ternura y paciencia con los niños pequeños y los mayores, y sabía cuál era su sitio. Nos protegía, nos defendía y simplemente estaba.

Aprovecho este post para darle las gracias por sus mimos, su compañía, su paciencia. Por recordarnos que el momento presente es lo único que tenemos. Por ayudarme a recordar que lo único seguro es que todos vamos a morir, y que lo más importante no es cuándo vamos a irnos sino lo que hacemos entre que nacemos y nos vamos.

La tristeza acompaña a la muerte, nos pasa a todos y creo que es importante que la sintamos, que la expresemos y que no intentemos tapar ese dolor, pero hay una pequeña parte que también viene, y es la serenidad y la calma que al menos yo, asocio al reconectar con lo que realmente importa: el momento presente, lo que disfrutamos cada día, el amor que nos tenemos unos a otros y el saber que hay muchas cosas que están fuera de nuestro control pero que tienen un sentido.

Gracias Black por ayudarme a recordar esas lecciones tan sencillas y que tan rápido olvidamos.

Descansa en paz amigo.

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

Comments are closed