Los propósitos de año nuevo

  • 7 enero 2016

Muy buenas a todos y  ¡Feliz Año!

Estas fechas nos suelen llevar a pensar en lo que queremos, en nuestros sueños y a escribir los famosos propósitos de año nuevo. Cosas como ir al gimnasio, perder esos kilos de más (gracias a Dios ya no hay más rosco…), dejar de fumar y un larguísimo etc…

Hoy lo que me gustaría es darle una vuelta de tuerca a estos propósitos, y en vez de preguntaros lo que queréis, preguntaros qué estáis dispuestos a sacrificar por conseguir lo que queréis.

¿A qué viene esto? Pues viene a que todos los años probablemente escribamos lo que queremos, y no hagamos nada al respecto. Que cada año re-escribimos nuestros propósitos y nuestros objetivos tal cual. Seguimos fumando, sin bajar de peso y sintiendo la rabia natural de haber pagado el gimnasio durante un año sin haber ido… ¡desastre total!

Ha llegado el momento de ser un poco realistas. La verdad es que no tiene nada de malo que queramos todas esas cosas; todo lo contrario. El único problema que tenemos es que no vale con querer cosas. Tenemos que estar dispuestos a ver las dos caras.  Todo lo que queremos es genial y en sí motivador, pero para conseguirlo vamos a tener que cambiar o sacrificar algo. Sí o sí.

Sólo vas a ser capaz de conseguir lo que quieras si aceptas esa parte y consigues que lo que realmente quieres sea más motivador que la pena o rabia que te da sacrificar otra cosa. 

Pretender que las cosas solo tienen un lado es un gran peligro que nos lleva a la tristeza, desesperación y sufrimiento. 

Yo no soy madre, pero los que sí sois padres, quiero que penséis durante un minuto en las alegrías que vuestros hijos os dan a diario. Sin duda, millones, y hacen que todo merezca la pena. Ahora bien: ¿diríais que tener hijos es siempre y solo bueno? ¿que no trae sufrimiento ni preocupaciones?  A que no… todo en esta vida tiene dos partes y me llamarías loca si dijera que quiero tener un hijo sin aceptar los miedos, preocupaciones, incertidumbre y todas esas cosas que no son tan fáciles como parecen.

Pasa lo mismo con los que tenemos un negocio. Tal vez nos aporte un buen estilo de vida y nos permita disfrutar de una de nuestras grandes pasiones, pero preguntad a cualquiera que tiene un negocio: ¿qué tal desconecta en vacaciones? ¿las preocupaciones se quedan en el trabajo? La mayoría de las veces no.

Todos de alguna manera o de otra aceptamos que lo que queremos tiene un precio. Y la verdad, la mayoría de las cosas valen ese precio y merece la pena pagarlo, pero a veces, y sólo a veces, tenemos que ser sinceros con nosotros mismos y aceptar que no estamos dispuestos a pagar ni a sacrificar lo que hace falta para conseguir ese objetivo. En sí no es ni bueno ni malo, es lo que es, pero por lo  menos que podamos abrir los ojos y tal vez hasta no sentirnos culpables por no haber ido al gimnasio. Igual toca aceptar que nuestro físico o nuestra salud no nos importa tanto como creíamos.

Creo que los objetivos en sí no son ni buenos ni malos. Son lo que son y punto. Lo que realmente hace falta es que nos sinceremos y que utilicemos este tipo de reflexiones a nuestro favor. 

Un ejemplo (supuesto ¿eh?). Imaginaros que yo fumo un paquete diario. En el fondo ya sé que tengo que dejarlo por mi salud, pero es posible que mi salud, de momento, me importe bien poco. Racionalizamos como la mayoría: estoy bien y no noto nada así que de momento sigo. Sabiendo que nos hace mal, la única razón por la que seguimos a parte de la adicción es el miedo que tenemos a sufrir mientras lo dejamos. Si la salud no nos importa, ese miedo es muy grande. Si al dejarlo consiguiéramos algo que realmente nos importa, el sufrimiento sería mucho menor. Si nos dijeran que ese ultimo cigarro nos va a matar… ¿cuántos de nosotros lo fumaríamos? Nadie. ¿Y las embarazadas? Es curioso que muchas no son capaces de dejarlo por ellas mismas, pero mágicamente, durante el embarazo, son capaces de hacer algo que de normal les da miedo, y la única razón es que ese bebé es mucho más importante para ellas. Una vez más, no es ni bueno ni malo, pero si tuvieras que dejar de fumar y tu salud no te importa… ¿no parece inteligente asociar lo que tenemos que hacer con nuestros valores? Tal vez no dejarlo por nuestra salud (no sigas engañándote) pero sí por algo que realmente te importa: tus hijos, ahorrar para un viaje que realmente quieres hacer, un trabajo o lo que sea.

Conocerse a uno mismo, realmente averiguar lo que nos importa y ser super honestos con nosotros mismos es clave para esto.

La semana que viene compartiré una serie de herramientas para que descubráis lo que realmente os importa… ¿os parece?

No os lo perdáis, y una vez más, Feliz 2016

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

Comments are closed