Lo perfecto es enemigo de lo posible

  • 14 octubre 2015

Si sois como yo, en la mayoría de las cosas buscáis la perfección, que las circunstancias sean las adecuadas… esperamos y esperamos porque no vemos esa perfección y a veces las circunstancias son todo menos las adecuadas…

 

¿Os ha pasado alguna vez? Parad un minuto y observad la de cosas que habéis dejado de hacer, pospuesto, sitios que no habéis visitado y proyectos que ni siquiera habéis empezado porque parecía que las circunstancias no acompañaban.

 

Mi madre, como casi todas las madres, es muy muy lista 🙂 y hay una frase que suele repetir mucho:

“lo perfecto es enemigo de lo posible”.

Suele contestar eso a menudo; cuando le preguntan por qué ha hecho algo de una manera determinada, cuando le corrigen porque algo ha hecho mal y situaciones del estilo… sí, es cierto… algunas recetas quedan más ricas con albahaca fresca, pero ¿sabéis qué? Que si usáis otra hierba o echáis albahaca seca por lo menos tendréis algo para comer 🙂

 

Soy de las que cree que no crecer o aprender es parecido a estar muerto, que siempre tenemos que dar nuestra mejor versión de nosotros mismos, pero siempre siempre siempre sin impedir que esa perfección nos impida actuar y seguir hacia adelante.

 

Esta semana he tenido que recordar todo esto unas cuantas veces.

 

Todos pasamos por épocas en las que parece que no nos llega con las 24 horas que tienen el día. Así estoy yo ahora… trabajo, me mudo, viajes, invitados en casa y encima, comprometida conmigo misma para continuar con mis 4 sesiones de gimnasio semanal. Pues no señores… no me da.

 

Me habría encantado hacer la mudanza tranquila, aprovechar para retirar lo que no me hace falta, ver fotos que tenía olvidadas e incluso planear con cariño y mimo la decoración de mi nueva casa. Va a ser que no… contratada la mudanza.

 

Me habría encantado disfrutar de las sesiones de gimnasio, sentir que he cumplido con el deber y con mi propio compromiso, pero va a ser que no. Ayer cancelé (no sin cargo de conciencia jjajaja) pero sabiendo que si hubiera ido no me habría hecho ningún favor. Tenía toda la pinta de dormirme en la elíptica 😉 Hoy he vuelto y con sesión doble… qué necesidad de hacerme sufrir a mí misma, la verdad. No me arrepiento pero tengo que aprender que a veces uno tiene que descansar y no seguir machacando.

 

Me encantaría viajar más tranquila, aunque sea por trabajo, y aprovechar para ver a gente en los diferentes lugares a los que voy, pero una vez más, va a ser que no…

 

No creo que tengamos que pasar la vida pensando en cómo sobrevivir, sino en sacarle el máximo provecho y viviendo con presencia y consciencia, pero no creo que sea real pretender que sean así todos los días de nuestra vida. A veces, se trata de terminar lo que tenemos que hacer… y punto.

En el tiro con arco y disciplinas del estilo, procuran apuntar y luego disparar. Me parece fantástico y es lo que procuro, pero ¿sabéis que? Que también creo que a veces hay que disparar, y luego re-apuntar. Al menos empezar, hacer lo que tenemos que hacer, y luego, si se puede, ya perfeccionaremos.

 

Prefiero arrepentirme de algo que he hecho que de algo que no he hecho, y la verdad es que a veces, lo único que hace falta es disparar y punto. Pasar a la acción y confiar. Al fin y al cabo, todo es perfecto en todo momento y es lo que tiene que ser 🙂

 

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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