Los Quiroprácticos ayudan a la gente

  • 7 julio 2015

El otro día me dieron una de las sorpresas más bonitas que he tenido nunca en mi carrera profesional. Mi hermano me contó una historia preciosa:

 

Mi sobrina Marta estaba en una excursión en San Sebastián y les contaron la historia de Aita Mari, un marinero que sacrificó su vida por salvar a unas personas que se ahogaban. Tiene una estatua en el puerto de San Sebastián, por si alguna vez queréis ir a verla.

 

Al grupo de niños de 6 años les contaron la historia y, como ejercicio de “reflexión”, les hicieron dibujar a una persona que ellos conocieran que ayudase a los demás…

 

Mi hermano me mandó una foto de un dibujo hecho par Marta, mi sobrina, en el que aparezco yo ajustando a su hermana Naia. El dibujo ya lo veis (el dibujo del blog), muy completo con su camilla, sus nombres y un par de grandes lazos en nuestras cabezas. Me encantó que me dibujara con lazo, pero lo realmente me emocionó es que con 6 años sea capaz de entender la Quiropráctica mejor que la mayoría de los adultos y, por supuesto, que piense que en mí como alguien que ayuda a los demás.

 

Marta y su hermana Naia a la que salgo ajustando en el dibujo y que también tiene un gran lazo, llevan ajustadas desde las pocas horas tras nacer.

 

Sus padres, mi hermano y mi cuñada, no solo confían lo más bonito y precioso que tienen en esta vida, sino que son muy conscientes de que la salud es mucho más que no estar enfermos y quieren poner todo de su parte para que las niñas sean lo más fuertes posibles. Son muy conscientes de que las decisiones que toman ahora por sus hijas van a influenciar muchísimo su futuro… invierten en su educación, el actividades, en experiencias y por supuesto, en salud

Pero sobre todo, han tenido la fuerza y la capacidad de educar a sus hijas yendo muchas veces a contracorriente de lo que dice casi todo el mundo y dejando que, de manera natural, su cuerpo vaya creciendo y desarrollándose. Han optado por confiar en la capacidad del cuerpo para recuperarse y en el gran beneficio que eso supone para las niñas a largo plazo.

 

Yo no tengo hijos, pero puedo imaginarme que no siempre es fácil. Lo sé porque aunque creo firmemente en estos principios, a mí a veces también me cuesta. Dejar que mi cuerpo haga lo que tiene que hacer, se cure muchas veces sin necesidad de medicarme y seguir aprendiendo sobre lo que realmente es la salud no siempre ha sido fácil, pero siempre me ha merecido la pena, y por supuesto, con eso me quedo.

 

Viéndoles a Marta y Naia crecer juntas respetando su cuerpo, muy conscientes y viviendo un poquito más desde dentro es el mejor reflejo del gran trabajo que sus padres están haciendo y de lo fuertes que crecen los niños física, mental y emocionalmente siguiendo estos principios.

 

No me queda otra que agradecerles que tuvieran a esos angelitos que son las dos, porque verles crecer está siendo un verdadero privilegio. Si a eso mismo sumamos cómo juegan a ajustarse la una a la otra en la consulta y el dibujo que hizo Marta, ya la gratitud es inmensa.

 

Hay cosas que se entienden con el corazón, no solo con palabras, y me encanta saber que ya desde pequeñas son capaces de captar lo que su tía hace… ayudar a que la gente viva más conectada, más sana y, por supuesto, más desde dentro.

 

Para mí no hay herramienta mejor que el ajuste quiropráctico. Ellas ya intuyen que es importante y que ayuda a la gente… y como se suele decir, los locos y los niños dicen las verdades 🙂

 

Este blog va para Marta y para Naia. Por ser tan increíblemente especiales, por hacerme reír cada vez que estoy con ellas. Por hacerme esos mimos tan ricos que me hacen, por quererme como soy, por ser tan estupendas y por enseñarme cada día a vivir en el presente 🙂 Vaya dos fuerzas de la naturaleza!!!

 

Leedlo, compartilo pero sobre todo, disfrutadlo!! 🙂

About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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