¿Qué hay detrás de los casos milagro y las remisiones espontáneas? Un científico y mente brillante nos lo cuenta

  • 1 junio 2015

Tuve la oportundiad de conocer al Dr. Joe Dispenza cuando estudiaba en Atlanta. Su historia me conmovió. Una historia de superación y de resultados contra todo pronóstico gracias a su mente y su tenacidad… lo que le pasó se consideraría un milagro, y desde entonces, dedica su vida a estudiar científicamente cómo la mente afecta a nuestra vida, nuestra salud y a nuestro futuro. Recuerdo muy bien cuando le conocí y el impacto que tuvo en mí… desde entonces procuro, con más o menos éxtio, aplicar sus conociemientos en mi día a día.

Hoy quiero compartir con vosotros algo clave que descubrió en sus investigaciones. A consecuencia de su accidente, se pasó meses en una cama sin mucha más opción que meditar, leer y sentir lo que le pasaba. Decidió comprometerse con estudiar las “remisiones espontáneas” y lo que tenían en común…

Se pasó años entrevistando a personas de todo el mundo que habían tenido esas famosas remisiones espontáneas, milagros de la naturaleza… gente que se curó de cosas incurables, pacientes terminales que siguen vivitos y coleando, y se dio cuenta de que esas personas tenían una serie de cosas en común. Llegó a la conclusión de que todos compartían 4 características, pero de lo primero que se dio cuenta es de lo que no compartían: vio que no tenía nada que ver con la religión que practicaban; algunos se consideraban ateos, no tenían ningún tipo de carrera que les acercara más al mundo espiritual, no eran personas a las que ahora se llama “New age” y no compartían ni la edad, la raza, la cultura, educación, sexo, profesión; solo algunos hacían ejercicio regularmente y no seguían todos la misma dieta tampoco. Los tipos de cuerpo eran muy variables también, diferentes niveles de fitness, diferentes hábitos dañinos como el alcohol, tabaco, television y sedentarismo. No todos eran heterosexuales ni sesxualmente activos. No había nada en su vida exterior que tuvieran en común todas esas personas…

Entonces… ¿Qué tenían en común?

Coincidencia #1

Hay una inteligencia innata que hace que nuestro cuerpo funcione y que permite que nuestro cuerpo sane

Todas las personas con las que habló compartían la creencia de que había algo que les daba la vida y que era ese algo lo que tenía capacidad de curarles. Algunos le llamaban Dios, divinidad, espíritu y otros la mente subconsciente; lo que estaba claro es que todos aceptaban que había algo. Algo más: todos fueron conscientes de que si eran capaces de conectar con ese algo, podrían curarse… Todo esto puede parecer un poco místico, pero si lo pensamos, hay algo que controla y coordina nuestro cuerpo. No lo vemos, pero sabemos que está porque nuestro corazón late, ¿no? Es un poco como la potencia en una casa.. no la ves… pero sabes que está porque si le das al interruptor la luz se enciende 🙂 Hay algo… llámale como quieras; en quiropráctica le llamamos Inteligenia Innata pero ese nombre es lo de menos. Lo que sabemos es que algo hay… y toda esta gente compartía el conocimiento y aceptación de que existía ese algo…

Reconozco que la mayoría no nos paramos a pensar demasiado sobre el tema… pero piénsalo: el corazón vamos a decir que late de media 70 veces por minuto… eso supone 4.200 veces por hora… algo más de 100.000 veces al día… para cuando cumplas 75 años habrá latido casi 3.000 millones de veces… Ahora bien… si tuviéramos que ser conscientes, me da la sensación de que algun latido se nos olvidaría, ¿no? Pues te digo que no se salta ninguno 🙂 y si se lo salta… en malas estamos. Sinceramente, menos mal que hay algo que hace que nuestro cuerpo funcione, y no es precisamente nuestra mente consciente, porque si no, no duraríamos ni un minuto…

Deja de leer un segundo… justo ahora durante este segundo se han dado más de 100.000 reacciones químicas en cada una de las 70 trillones de células que se estima que tenemos… Fíjate si funcionamos bien que no tenías ni que saber que estaba ocurriendo, y aún y todo, estaba ocurriendo. Algo tiene que haber controlándolo todo, ¿no? La mayoría de nosotros no podemos hacer la compra sin llevar la lista porque se nos olvidarían la mitad de las cosas así que empieza a agradecer que ese algo ahí esta…. Y menos mal

¿¿Necesitas más ejemplos?? ¿Sabes que si pudiéramos poner todo nuestro ADN en línea y desenrollarlo daríamos la vuelta a la tierra 3 veces? Pues toda esa cantidad de genes son controladas cada día para mantener a ralla las mutaciones…. Tenemos nuestro propio sistema de seguridad que permite al cuerpo defenderse de miles y miles de virus y bacterias cada día, pero lo más alucinante es que esa misma inteligencia, fuerza o como quieras llamarle, nos ha hecho a cada uno de nosotros a partir de dos células… Si eso no es impresionante, no se qué puede serlo 🙂 La ciencia avanza, pero esa inteligencia nos gana por mucho… y ¿sabéis por qué sé que nos gana? Porque en cuanto desaparece del cuerpo, morimos.. y todavía no hemos conseguido sustituir a esa fuerza y permitir que alguien siga viviendo, ¿no? podemos conseguir que la gente viva más con esa fuerza funcionando mal, pero una vez desaparece… se acabó.

Esta gente reconocía y aceptaba esa fuerza. Tal vez de antes o tal vez se dieron cuenta cuando enfermaron, pero de lo que sí fueron conscientes es de que la enfermedad estaba ocurriendo porque esa fuerza había dejado de trabajar al 100%. ¿Por qué? No lo sabían… pero sabían que si volvían a conectar con eso, fuera como fuere, su cuerpo sería capaz de sanar. Esa fuerza es la que había sido capaz de organizar sus células en tejidos, en órganos, en sistemas… permitiendo que todo el cuerpo funcionara como debía, así que si ya no lo hacía es porque de alguna manera se había perdido el control, y fueron conscientes de que nada de fuera (tratamiento, píldora o lo que fuera) iba a ser capaz de restaurar eso… eso solo podía pasar si conseguían conectar con ese algo otra vez.

Todo esto nos sorprende a casi todos, que estamos acostumbrados a buscar las soluciones fuera… pero ya véis, es el primer requisito que tenían en común todos los entrevistados… (si hasta ahora no le das la vuelta ni a un catarro, es posible que sea momento de cambiar de estrategia, ¿no? .Menos buscar la solución fuera y más conectar con ese algo.

Quedan 3 coincidencias más. En futuros posts iré compartiendo las siguientes. Es hora de pensar un poquito en la coincidencia número 1, ¿no? y sobre todo, en cómo conectar con esa fuerza

Aprovecho para dar las gracias al Dr. Dispenza por el gran trabajo que hace. Aquí tenéis su página web. También os sugiero que le sigáis en Facebook; tiene una en español: simplemente escribid «Joe Dispenza en español» 🙂

Otra gran opción es que leáis sus libros: Desarrolla tu cerebro, Deja de ser tu, El placebo eres tu.

En la lista de Best-sellers, los encontraréis en cualquier librería y en castellano. Merecen la pena sin ninguna duda 🙂 podréis leer su historia y mucha mucha ciencia sobre este tema: cómo funciona nuestro cerebro y cómo usarlo en nuestro beneficio 🙂

Este post se lo dedico con todo mi cariño a los padres de Iker y Elene (si no conoces su historia, léela aquí) por toda la fuerza que están demostrando, por todo el amor que dan a sus hijos y por permitirnos a los demás acordarnos cada día de lo que realmente importa.

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About This Author

Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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