Conversaciones que dan esperanza

  • 9 noviembre 2017

Ayer en la consulta mantuve una conversación que me llenó de esperanza. Esperanza por lo que hay y habrá. Por saber que hay gente que abre su mente, que está dispuesta a pensar, reflexionar, estudiar y sobre todo, aceptar que tal vez lo que creían hasta ahora no era del todo cierto, o por lo menos completo.

Ayer hablé con un médico sobre el holismo. Es posible que no hayáis oído esa palabra nunca. En realidad es algo muy sencillo: “el total es algo más que la suma de las partes”. Se puede aplicar a muchas cosas, pero me quedo con nosotros… me quedo con cómo el holismo se puede aplicar a lo que nosotros somos. El holismo diría que nosotros somos más que la suma de nuestras partes. Sí: tenemos dos manos, un corazón, dos pulmones, un cerebro etc… pero somos algo más que la suma de todo eso… todas esas partes se unen, se co-relacionan.

 

Lo contrario al holismo es el reduccionismo, que defiende la idea de que nuestro cuerpo se podría reducir a esas partes más pequeñas y sencillas… cada parte con su función, su individualidad… la rodilla es la rodilla y el ojo el ojo.

 

Cada uno tendrá que ver qué es lo que realmente opina sobre el cuerpo, y todavía más importante, sobre su propio cuerpo. Por la cuenta que nos trae a cada uno, os apetezca o no, es una decisión que tenemos que tomar, porque esa decisión va a afectar a las futuras decisiones que tomemos sobre salud.

Si os convence el reduccionismo, la cosa se simplifica. El reduccionismo ve al cuerpo como a una máquina, y si se estropea una parte de una máquina, se arregla o se cambia, y punto. Es decir, que me duele algo o se me estropea: tratamiento natural, con medicación o con cirugía, y punto.

 

Si como a muchos como yo el reduccionismo no os acaba de convencer porque veis que falta algo, que somos un poquito más complicados que una máquina, tal vez estéis un poquito más cerca del holismo de lo que creéis….

  • Tal vez porque entiendes que mister potato podía ponerse y quitarse partes de su cuerpo sin problemas, pero nosotros no lo hemos conseguido.
  • Igual porque te das cuenta de que hay partes de quiénes somos, como nuestras emociones, relaciones, etc… que también son parte pero no se pueden tocar ni medir de momento.
  • O incluso tal vez porque te falta un brazo y sabes de todo corazón que no perdiste ni un poquito de quién eras al perder una parte de tu parte física…

 

El caso es que cuando entendemos que todo nuestro cuerpo es uno, que no podemos mirar a cada parte como algo individual sin ninguna relación con el resto, no podemos tratarlo como si esas partes no estuvieran conectadas.

 

Por un lado aceptamos que como todo está relacionado… nuestra rodilla izquierda tiene relación con nuestro páncreas (por poner un ejemplo) pero si tenemos un problema de rodilla, solo tratamos nuestra rodilla…

Para mí no tiene sentido. No es lo mismo estar sano que sin dolor… y si queremos de verdad estar sanos tenemos que mirar al cuerpo de otra manera, entender que somos mucho más que la suma de las partes… eso sí… si lo que realmente queremos es estar sanos, y se que no a todo el mundo le importa.

P.D. Se que la teoría es fácil y se complica cuando nos toca ponerlo en práctica, pero por algún sitio hay que empezar… 

Por definición y dentro de sus principios fundamentales, la quiropráctica es holista. Tenemos que ver y entender el cuerpo entero, sus diferentes aspectos, niveles y todas las cosas que nos afectan. En eso estamos.

Un abrazo enorme, y como siempre, de corazón a corazón

Ana

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Al terminar mi cuarto año de medicina tuve mi primer contacto con la quiropráctica, y al profundizar en su conocimiento encontré un nuevo sentido a todo.

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